Capitulo I: El Ocaso del Sire

I

Sobre Su Majestad Godofredo sabemos muy poco. Solo que viene desde Europa, y algunas conductas muy raras. De hecho, cuando renunció al trono se notaba eufórico como si se hubiese enfrentado a un ejercito, y tampoco es por exagerar; los nobles que estaban en la sala eran semejantes a un monton de pumas, como él me ha relatado varias veces. Aquel nerviosismo es caracteristico de él cuando en nuestras conversaciones tocamos el tema.

Para ser mas resumido, solo les relataré desde unos dias antes de que sucediera esto.

El anterior Ministro de Relaciones Exteriores había fallecido, cuando su relator estaba en Concepción. Fuí para allá ofreciendole mis servicios a cambio de su protección, y claro, ciertos privilegios en la corte. Aquellos días de viaje escuché que había nombrado una gran cantidad de nobles bajo su vasallaje, y que hacía una gran cantidad de banquetes. "Su Majestad tendrá sus arcas llenas para realizar aquello".

Al arribar a Santiago al palacio, me encontre con un hombre de 35 años sentado en su trono, en una habitación amplia que contaba con una decoración de imitación Francesa.

De ahi no mucho, seguía brindado algunos títulos, demasiados a mi gusto, aparte de crear un aparataje burocrático sobre los títulos. Pero lo que no me pareció para nada, fue entregarles a ciertas personas, cuya personalidad volátil indicaba que no eran aptas para este deber.